Imperfettolab es el estudio epítome del trabajo familiar, encabezado por Verter Turroni y Emanuela Ravelli, en donde madre, padre, hermano e hijos participan en la metodología y la simbiosis creativa. Tras más de 20 años en la manufactura de mobiliario y decoración, este año 2024 han recuperado el foco mediático durante la Feria de Milán.
En la tradición budista existe un concepto conocido como wabi-sabi que aboga por abrazar lo inacabado. Así, servidos de trazos minimalistas provenientes de la naturaleza, hallamos la paz, el equilibrio y la pureza. Este enfoque contrasta con la tradición grecorromana y su obsesión por el canon estético y la perfección. Y es aquí donde Imperfettolab quiere transgredir la herencia cultural del diseño italiano, conectando con esta percepción oriental donde la imperfección se valora como una forma de belleza.
La última colección de Imperfecttolab evoca el paisaje de la región Emilia-Romaña: una mezcla entre llanuras, arboledas, rocas y ríos. Las piezas en su conjunto se asemejan a un jardín zen de siluetas y tonalidades sobrias. No obstante, los objetos compiten entre sí por ser los protagonistas del espacio. Una provocación para el usuario, que experimenta la necesidad imperiosa de interactuar de manera lúdica con estas voluminosas esculturas funcionales.
El sistema de producción es también muy característico en Imperfettolab. Parten de un primer modelo hecho a mano y, posteriormente, emplean un molde de este para fabricar la propuesta final utilizando fibra de vidrio. Pero siempre con un acabado sutilmente diferente, intencionado y fruto del propio proceso artesanal. Con esta receta surge Vara, un trono que formaliza la metáfora de ascender a los cielos. Emerge del suelo mediante robustos cilindros sobre los que se apoya una llamativa lámina curva, que protege y abraza a quienes se posen en ella.
El banco Carbon Black nos recuerda la fuerza destructiva del fuego y su poder transformador. Aquí la fibra de vidrio simula atrapar en el tiempo la materia carbonizada. Su imponente color negro y su alargada estructura no dejan que este mueble pase desapercibido en ningún ambiente.
Otro asiento destacable es Sao. Su contorno circular da la sensación de confort, mientras que sus dos masivas patas transmiten total estabilidad. Sin embargo, observándolo frontalmente, ambas patas se fusionan visualmente en una sola. Esto modifica su aspecto para verse como un misterioso pebetero arcano, donde te sentarás en un equilibrio imperfectamente perfecto.